Hace apenas tres años Pascual, Javi y Salva eran solo tres compañeros del Chaminade, El Chami, una de las residencias universitarias con más solera de Madrid. Llegados desde provincias, Murcia (Pascual y Javi) y Valencia (Salva), su intención era convertirse en ingenieros, pero acabaron montando Chill Chicos, el grupo clave para entender la eclosión y desarrollo de una nueva movida musical en la capital. Fue en su cuarto del colegio mayor donde las heterogéneas preferencias musicales de cada uno, indie, reggaetón, rap, emo,… se fundieron en una especie de chill mix. Un sonido lo-fi, fresco, sin pretensiones más allá de armar fiestas en las que enseñar esas canciones y celebrarlo con amigos. Chill Chicos fueron los primeros que vieron lo que iba a pasar, y eso los convirtió en el centro de una movida en la que están también grupos como Natalia Lacunza, rusowsky, trashi, dani, Hens, shego, Diego 900 o interrogación amor. Todos estos y algunos más estuvieron en «Le Chill» (2020), una mixtape de colaboraciones que podría considerarse como uno de los hitos de esta nuevísima ola.
Dos años después llega el momento de dejar atrás ese caos y efervescencia underground: “ya hemos mirado hacía fuera, ahora toca mirar hacia dentro”. Y arranca así el que será primer disco formal de Chill Chicos con el adelanto de una serie de temas de los que ya se conocen: “speakin chicos”, “no chill” y este «Ni tan mal«. “Ya no estamos tan chill, ahora estamos activos”, dicen en el arranque de “no chill”, un hit pensado para sonar en festivales. Y es que una de las intenciones del grupo es “pasar del digital al real, estamos cansados de que las cosas ocurran en internet, queremos tocarlas”. Sus temas anteriores acumulan millones de escuchas en plataformas digitales, pero ya ha llegado el momento de que suenen en directo para audiencias más allá de las famosas chill parties. Los más listos de la clase están de vuelta, queda ver si el Palacio de Deportes no es solo el punto de partida de este proyecto.
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